Mientras en barrios como Ciudad Sader la aviación estadounidense continúa sus bombardeos aéreos, los altos mandos de la US Army tienen en sus cabezas un plan para devolver a Bagdad el esplendor de los tiempos del califato abasí, cuando la capital iraquí era la ciudad más poblada del planeta y cuna de las leyendas incluidas en Las mil y una noches.
El proyecto ha sido desvelado por la agencia Associated Press, que asegura que el plan, cuyo coste ascendería a 5.000 millones de dólares y ha sido apoyado por el Pentágono, prevé la construcción en el entorno de la nueva Embajada de EE.UU. de centros comerciales y hoteles de lujo, además de un club de campo (golf incluido) cerca del río Tigris.
La nueva sede diplomática estadounidense se encuentra en la Zona Verde, el área fortificada en el que se hallan gran parte de las embajadas internacionales y dependencias del Gobierno iraquí y que tiene el mayor grado de seguridad de la ciudad. Entre los edificios proyectados se encuentra un hotel de la cadena Marriot, según aseguró a la agencia de noticias el capitán Thomas Karnowski, encargado del plan de desarrollo urbano, aunque tampoco ha habido confirmación de ningún tipo por parte de la empresa hotelera.
Lo que sí está a punto de abrir sus puertas, sin relación aparente con el proyecto de la US Army, es el Bagdad Zoo and Entertainment Experience, un parque de atracciones al más puro estilo americano (sus diseñadores son los mismos que los de Disneylandia) cuya primera fase, un parque para practicar skate, comenzará a funcionar en junio. El proyecto, cercano al parque Al Zawra, se aprovechará de una de las zonas de recreo favoritas de los bagdadíes en la que también se encuentra el zoo de la ciudad, que fue saqueado tras la invasión y que será incorporado al complejo.
Tras su puesta en marcha se encuentra el holding californiano de compañías financieras C3, cuyo presidente, Llewellyn Werner, aseguraba la semana pasada al londinense The Times que el parque puede servir como nexo de unión entre las distintas comunidades religiosas del país: “Será visto como una oportunidad para los niños sin pensar en si son chiís o sunís”.
La muerte y el conflicto mandan en los medios, pero ciertas cifras económicas dan signos sobre el rumbo que parece tomar la economía iraquí. Los oficiales estadounidenses aseguran, por ejemplo, que en terrenos en los que hace poco el metro cuadrado costaba 60 dólares por un leasing a 50 años esa misma superficie se ofrece a 1.000 dólares hoy en día. El dinero fluye en la ciudad de los dos ríos a una velocidad mucho mayor que el orden civil.
Nadie que viera la Potsdamer Platz de Berlín en 1945 podía imaginar que aquella amalgama de ruinas acabaría convirtiéndose en el centro de la ciudad más moderna de Europa, pero finalmente ocurrió. El espacio que tras la II Guerra Mundial quedó aislado por el muro de la ciudad dividida es hoy un experimento urbanístico que refleja el empuje del capitalismo en la nueva Alemania unificada con el rascacielos de la poderosa Deutsche Bahn, la plaza Sony, centros comerciales y hoteles de lujo. Aun así, para que todo esto llegara hubo que superar décadas de trauma y una complicada reunificación.
Lo mismo podría ocurrir en Bagdad, aunque por ahora son los tiros y la ley del más fuerte la que se impone en la ciudad. En cualquier caso, los inversores estadounidenses tendrán que vencer al deseo de las autoridades iraquíes de limitar el poder de EE.UU. en la Zona Verde. La mitad de su superficie se encuentra actualmente ocupada por fuerzas estadounidenses, de la coalición y compañías privadas extranjeras, pero Karnoski asegura que si su proyecto sale adelante un 95% del terreno estará en manos iraquíes en cinco años.